La postura del niño es una de las más utilizadas y recomendadas para relajarnos. No es de extrañar, teniendo en cuenta que se trata de una postura que nos permite descansar y descargar nuestra espalda, además de relajarnos.
Para realizarla nos arrodillamos en la colchoneta, con las rodillas separadas a la anchura de nuestra cadera, y nos sentamos sobre nuestros talones con los pulgares de los pies juntos. Expirando, inclinamos nuestra espalda hasta que la frente llegue al suelo. Debemos asegurarnos de que nuestro cuerpo esté relajado. Podemos estirar los brazos hacía atrás a ambos lados del cuerpo, o bien hacía adelante si queremos estirar los hombros.
